Desde la primera consulta hasta el tratamiento adecuado, cada paso está diseñado para brindarte confianza y las mejores soluciones en ginecología y fertilidad. Descubre cómo es el proceso y qué esperar en cada etapa.
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El síndrome de hiperlaxitud vaginal se caracteriza por la pérdida de tonicidad y firmeza en las paredes de la vagina, lo que puede generar una sensación de amplitud vaginal, disminución de la sensibilidad durante las relaciones sexuales y, en algunos casos, molestias o falta de control muscular. Esta condición suele estar asociada a partos vaginales, envejecimiento o cambios hormonales. El tratamiento puede incluir técnicas quirúrgicas como la vaginoplastia, o procedimientos no invasivos que ayudan a recuperar la firmeza del tejido vaginal y mejorar la calidad de vida íntima.
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que puede ocurrir al toser, estornudar, reír, hacer ejercicio o en momentos de presión sobre la vejiga. Esta condición afecta a muchas personas y puede tener diversas causas, como debilidad muscular en el suelo pélvico, embarazo, envejecimiento, o intervenciones quirúrgicas previas. Existen tratamientos que incluyen ejercicios del suelo pélvico, terapias físicas, medicamentos y, en algunos casos, procedimientos quirúrgicos para mejorar el control de la vejiga y restaurar la calidad de vida.
El vaginismo es una condición que se caracteriza por la contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico alrededor de la vagina, lo que hace que la penetración, ya sea durante las relaciones sexuales o en otros exámenes médicos, sea dolorosa o incluso imposible. Esta condición puede estar relacionada con factores emocionales, psicológicos, traumas pasados, o problemas físicos. El tratamiento generalmente incluye terapia física del suelo pélvico, psicoterapia, y técnicas de relajación para ayudar a superar el miedo o la ansiedad asociados, restaurando la función y la comodidad vaginal.
El disparo orgásmico es una sensación intensa y repentina de placer sexual que puede ir acompañada de contracciones musculares involuntarias en la zona pélvica. Este tipo de orgasmo se caracteriza por una rápida y fuerte respuesta física y emocional, a menudo experimentada como un “estallido” de placer. Aunque el disparo orgásmico no es un término médico formal, algunas personas lo asocian con una respuesta más intensa o explosiva durante el clímax sexual. En algunos casos, se puede vincular a una estimulación específica o a la experiencia de un orgasmo más concentrado y breve.
El ácido hialurónico de hidratación es un tratamiento estético que utiliza esta sustancia natural para mejorar la hidratación y elasticidad de la piel. El ácido hialurónico tiene la capacidad de retener grandes cantidades de agua, lo que ayuda a mantener la piel hidratada, suave y con un aspecto más firme. Este tipo de tratamiento se utiliza para devolver la luminosidad a la piel opaca, reducir líneas finas y mejorar la textura general. Es especialmente útil para áreas como el rostro, cuello y manos, ofreciendo resultados visibles y naturales de manera no invasiva.
El ácido hialurónico de relleno es un tratamiento estético no quirúrgico que se utiliza para restaurar el volumen facial perdido, suavizar arrugas y líneas de expresión, y redefinir contornos faciales. El ácido hialurónico se inyecta en áreas específicas del rostro, como los labios, las mejillas, las ojeras o las arrugas nasolabiales, proporcionando un efecto de “relleno” que mejora la apariencia de la piel. Además de sus propiedades de hidratación, este tipo de ácido hialurónico también actúa como un rejuvenecedor, ofreciendo resultados inmediatos, naturales y de larga duración.
Las infecciones vaginales a repetición son un problema de salud común que se caracteriza por la aparición recurrente de infecciones en la zona vaginal, como la candidiasis, vaginosis bacteriana o infecciones urinarias. Estas infecciones pueden causar síntomas como picazón, ardor, secreción anormal y mal olor. Las causas de las infecciones recurrentes pueden incluir un sistema inmunológico debilitado, desequilibrio en la flora vaginal, uso excesivo de antibióticos, o prácticas de higiene inadecuadas. El tratamiento puede incluir antimicóticos, antibióticos o cambios en el estilo de vida, y es importante consultar a un ginecólogo para identificar la causa subyacente y seguir un tratamiento adecuado.
Las verrugas genitales son pequeñas protuberancias o crecimientos en la piel causados por el virus del papiloma humano (VPH). Estas verrugas pueden aparecer en los genitales, el ano, o en áreas cercanas, y a menudo se transmiten por contacto sexual. Aunque pueden ser asintomáticas, en algunos casos pueden causar picazón, dolor o malestar. El tratamiento puede incluir medicamentos tópicos, crioterapia (congelación de las verrugas), o procedimientos quirúrgicos para eliminar las verrugas. La prevención se centra en la vacunación contra el VPH y el uso de protección durante las relaciones sexuales.
La atrofia genital es el adelgazamiento, resequedad y pérdida de elasticidad de los tejidos vaginales y vulvares, comúnmente relacionada con la disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia o en mujeres que han tenido una disminución hormonal significativa. Esta condición puede causar síntomas como sequedad vaginal, picazón, dolor durante las relaciones sexuales y aumento de infecciones vaginales. El tratamiento suele incluir cremas o supositorios de estrógeno, lubricantes y, en algunos casos, terapias hormonales, con el objetivo de mejorar la hidratación, elasticidad y bienestar general de la zona genital.
El síndrome genitourinario es un conjunto de síntomas relacionados con los cambios en el área genital y urinaria, generalmente causados por la disminución de los niveles de estrógeno, que ocurre con la menopausia o después de tratamientos hormonales. Este síndrome afecta a las vías urinarias y genitales, y puede incluir síntomas como sequedad vaginal, irritación, dolor durante las relaciones sexuales, micción frecuente o urgente, y aumento de infecciones urinarias. El tratamiento incluye opciones como hidratación vaginal, terapia hormonal, cremas estrógenicas, y cambios en el estilo de vida para mejorar la función y el bienestar general del área genital y urinaria.
El liquen escleroso genital es una afección crónica de la piel que afecta principalmente a la zona genital y anal, causando adelgazamiento, blanqueo y fragilidad de la piel. Esta condición puede provocar picazón intensa, dolor, cicatrices, y en casos más graves, dificultades durante las relaciones sexuales o problemas urinarios. Aunque su causa exacta no se conoce, se cree que está relacionada con factores autoinmunes. El tratamiento suele incluir cremas con corticosteroides de alta potencia para reducir la inflamación y mejorar los síntomas, y en algunos casos, se puede recomendar un seguimiento continuo para prevenir complicaciones a largo plazo.
Las lesiones de cuello uterino de bajo grado son cambios celulares en el cuello uterino que, en general, son leves y no suelen ser malignos. Estas lesiones son comúnmente detectadas mediante una prueba de Papanicolaou (Pap) o una colposcopia. A menudo, son causadas por una infección persistente con ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH). En la mayoría de los casos, estas lesiones desaparecen por sí solas sin tratamiento, aunque se requiere un monitoreo regular para asegurarse de que no evolucionen a lesiones de mayor grado. El tratamiento, si es necesario, puede incluir la eliminación de las células anormales mediante procedimientos como la crioterapia, la escisión con láser o la conización.
Un quiste en la glándula de Bartholin ocurre cuando una de las glándulas situadas en cada lado de la abertura vaginal se obstruye, lo que provoca la acumulación de fluido y la formación de un quiste. Las glándulas de Bartholin producen líquido para lubricar la vagina, y cuando el conducto que drena este líquido se bloquea, puede generarse un bulto doloroso o sensible. Aunque en muchos casos los quistes son pequeños y no causan síntomas, si se infectan, pueden provocar un absceso, que puede ser doloroso y requerir tratamiento. El tratamiento varía según el tamaño del quiste e incluye opciones como drenaje, antibióticos o en algunos casos, la extirpación de la glándula afectada.
El tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE) de grados 1, 2 y 3 con hilos tensores y plasma rico en plaquetas (PRP) busca mejorar el control de la vejiga y restaurar la función del suelo pélvico. Los hilos tensores se colocan en el área del suelo pélvico para tensar los tejidos y brindar soporte adicional a la uretra, lo que ayuda a prevenir la pérdida de orina durante esfuerzos como toser o hacer ejercicio. Es una técnica mínimamente invasiva eficaz, especialmente en los grados 1 y 2 de IUE. Por otro lado, el PRP, obtenido de la sangre del propio paciente, se inyecta en las zonas afectadas para regenerar los tejidos y mejorar la tonicidad muscular, siendo útil también en grados más avanzados (grado 3). Combinando ambas técnicas, se pueden lograr resultados duraderos, mejorando la calidad de vida de las pacientes y reduciendo o eliminando los síntomas de la incontinencia urinaria sin necesidad de cirugía invasiva.